Statement by Bishop Michael F. Burbidge on
National Adoption Month

( en español )

National Adoption Month, which we observe in November, is a time to celebrate adoption and pay tribute to the birth parents and adoptive families whose selfless gifts have allowed infants and children to be placed in stable homes where they can grow and be nurtured.

Our Catholic faith has always upheld the special role of adoption: Our Lord himself was raised and protected by his loving mother Mary and foster father, Saint Joseph. Adoption continues to be an integral part of our Gospel witness. Seventy-four years ago, prior to the founding of our diocese, Catholic Charities in our area established an adoption program for the most vulnerable. It has helped thousands of children and families ever since. Last year alone, we provided pregnancy and adoption-related services to 400 families.

Today, we continue to serve expectant mothers and fathers who have discerned they can best provide for their children by making adoption plans. Likewise, Catholic Charities serves prospective parents, uniting them with infants and older children, including some who have siblings or special needs. Many parents choose Catholic Charities for their adoption plans because they want to engage this process in a manner consistent with their Catholic faith.

Brothers and sisters, we also need to pray for the sustainability of this critical ministry. The right of faith-based child placement organizations to provide services consistent with their deeply held religious beliefs-and the beliefs of those they serve-has repeatedly been jeopardized by the Virginia General Assembly. We must speak up whenever religious freedoms are under attack, as it threatens our ability to protect the most vulnerable and serve according to our faith. Please pray that we can continue to safeguard our faith-based charitable services for children and families.

We ask the intercession of Mary our Mother and Saint Joseph as we work to ensure that children find the homes which God provides them. To parents who lovingly place their children for adoption and the families who generously open their homes to these children, may Our Lord continue to offer his blessings upon you. 


Declaración de Monseñor Michael F. Burbidge
con motivo del Mes Nacional de la Adopción 

El Mes Nacional de la Adopción, que observamos en noviembre, es una época para celebrar la adopción y rendir homenaje a los padres biológicos y a las familias adoptivas cuya generosa entrega ha permitido que los bebés y otros niños sean colocados en hogares estables donde pueden crecer y recibir cuidado.

Nuestra fe católica ha defendido siempre la importancia especial de la adopción. Nuestro Señor fue criado y protegido por su amorosa Madre, la Virgen María, y por su padre adoptivo, San José. La adopción sigue siendo parte integrante de nuestro testimonio del Evangelio. Hace 74 años, antes de la fundación de nuestra Diócesis, Caridades Católicas estableció en nuestra región un programa de adopción para los niños más vulnerables, que desde entonces ha ayudado a miles de niños y familias. Solamente el año pasado, prestamos servicios relacionados con el embarazo y la adopción a 400 familias.

Hoy, continuamos sirviendo a las madres embarazadas y los padres que han determinado que la mejor forma de proveer el sustento de sus hijos es por medio de planes de adopción. Asimismo, Caridades Católicas sirve a los futuros padres de familia, al unirlos con los bebés y los niños de mayor edad, incluso con algunos que tienen hermanos o necesidades especiales. Muchos padres escogen a Caridades Católicas para sus planes de adopción porque desean participar en este proceso de una manera compatible con su fe católica.

Hermanos y hermanas, también necesitamos rezar por la sostenibilidad de este indispensable ministerio. El derecho que tienen las organizaciones religiosas de colocación infantil de prestar servicios compatibles con sus profundas creencias religiosas y con las creencias de público al cual sirven se ha visto menoscabado en repetidas ocasiones por la Asamblea General de Virginia. Debemos pronunciarnos cada vez que se ataquen nuestras libertades religiosas porque esas situaciones amenazan nuestra capacidad de proteger a los más vulnerables y de servir según el mandato de nuestra fe. Les ruego que recen para que podamos seguir protegiendo nuestros servicios caritativos prestados por organizaciones religiosas a nuestros niños y familias.

Pedimos la intercesión de María, Nuestra Madre, y de San José al trabajar para asegurarnos de que los niños encuentren el hogar que Dios les tiene reservado. Que Nuestro Señor signa derramando sus bendiciones sobre todos los padres de familia que con amor dan a sus hijos en adopción y sobre las familias que generosamente les abren las puertas de su hogar a esos niños.